Llega cuando menos te lo esperas.

Siempre he pensado que eso del amor era una tontería y una mentira que pocas personas llegaban a sentir de verdad. Pero hasta que llega ese día que crees haber encontrado a la persona (aunque a veces después te das cuenta de que realmente no valió la pena), y es cuando todo te cambia, cuando sólo le ves a él, cuando todo gira a su al rededor y no puedes quitartelo de la cabeza, cuando estás pendiente de todo menos de lo que de verdad tienes que estarlo, cuando te acelera el corazón a la mínima sonrisa, mirada o roce de sus manos. Cuando habla contigo te mueres, y te sientes como si todo importase una puta mierda. Cuando te tiemblan las manos y es algo que no puedes controlar, y desearías que eso cambiase, porque, si realmente te pasa todo eso, siento joderte, pero estás enamorada.

De lo bueno lo mejor, y de lo mejor lo superior.

No puedes vivir sin ellos. Son imprescindibles. Son todo, son risas, besos, abrazos, secretos, momentos, días y noches. Son tu vida. Lo mejor que puedes tener y sin embargo no los apreciamos. Ni si quiera los apreciamos cuando debemos, y cuando les perdemos nos arrepentimos. Me harían falta miles de palabras para poder describir todo lo que significan ellos para mi. Mis amigos, mis hermanos. Todo lo que nos hace falta para sonreir en los malos momentos, los únicos que son capaces de hacernos cambiar en menos de 10 segundos, aquellos que son insignificantes para unos, y sin embargo para ti, lo más grande. Si, a esos que cuentas con los dedos de una mano, esos que te faltarían vidas para agradecerles todo lo que hacen por ti, con los que compartes cualquier cosa y todos los fines de semana. Porque los mejores momentos de tu vida los pasas a su lado y es realmente lo que merece la pena, y son los únicos que, cuando los pierdes, lo pasas tan mal que desearías no existir, y por esos mil errores que nos hacen cambiar, todo gracias a vosotros, AMIGOS.