sábado, 8 de enero de 2011

Un tanto bipolar.

Tampoco es plan de verlo todo negativo. Sé que hace dos entradas he dicho que la vida es una mierda en pocas palabras, pero soy bipolar, que le vamos a hacer. No todo es negativo porque siempre habrá alguien ahí para hacerte sonreír, o reír a carcajadas. Siempre habrá alguien para ayudarte en tus peores momentos. Siempre habrá alguien que aunque no sepa ayudarte, lo intentará. Siempre habrá alguien que te sorprenda. Todo día tiene su lado positivo y el negativo, solo que unos días puede tener más parte de positivo, o más parte de negativo.
Hay que ser un poco positivos de vez en cuando, pero no demasiado, ilusionarse no es un buen remedio contra los bajones.




¡Sorpresa! No creas.


No te puedes fiar de nada, mejor dicho de nadie, ni de tu sombra. Las apariencias engañan, y mucho.

Mundo acabado, cuento contado.

Me siento.. Exactamente como una puta mierda, como si no pintara nada aquí, como si fuese una extraña. Porque cada vez que confío en alguien, cada vez que encuentro a alguien que por fin me entiende, alguien a quien quiero, a alguna perona que pienso que estaráahí para siempre, me jode completamente. A veces pienso que estoy sola en este mundo, que no voy a encontrar a nadie de verdad, y me hundo, me rayo, porque, para no encontrar a alguien verdadero, para eso vale la pena irse, desaparecer mejor dicho. No todo es tan bonito como lo pintan, hay que ser realista, sé que yo soy negativa, pero es mi realidad, es mi forma de ver la vida, de ver que todo el mundo es falso, como billetes de tres euros. Que cada uno viva como sepa y pueda, pero yo ya no quiero saber nada de toda esa gente falsa, borrón y cuenta nueva, fuera de mi vida, y si te he visto no me acuerdo. Que perdono, pero no olvido.

Dímelo una vez más.

Consigues que todo lo difícil se convierta en algo fácil, sin problemas, cada vez que me dices te quiero.

Insomnio.

Muchas, muchas cosas en mi cabeza. Él, ella, ellos, ellas. Las doce, la una. No puedo dormir. Leo un rato. Un poco más. Diez, veinte páginas. Las tres. Tres y media. Me acuesto, intento dormir. No puedo. Cuatro menos cuarto. Leo, seis, siete páginas más. Problemas, siguen rondando en mi cabeza. Él, ellas, risas, muchas risas. Ahora todo son lágrimas, lágrimas que se dibujan en mi cara. Estoy llorando. No puedo dormir, ellos no me dejan, buenos, malos recuerdos, falsas promesas y falsas amistades... En que coño estaría pensando el día en el que decidí arreglarlo todo. Más gente falsa. Dos, tres, cuatro personas más. Menos ganas de dormir. Cuatro y media de la madrugada, todo en silencio. Mis lágrimas se acaban. Apago la luz. Intento dormir. Dos vueltas. Giro la almohada. Cojo el móvil; Cinco menos veinte. Miro algunos mensajes. Que trágico. Muchos te quiero escritos. Falsos, muy falsos. Lo dejo en la mesa. Me giro. Por fin duermo. No hay sueños, no hay nada.

Ella.

Tú, que vas buscando el amor. Lo persigues y lo persigues, pero nunca logras encontrarlo. Cupido no está de tu parte. Vas de bar en bar, de discoteca en discoteca, atreviéndote. Antes no eras así, ¿cómo? pues así de guarra. Antes no necesitabas enseñar tus intimidades, ni balar y subirte la camiseta al mismo tiempo. Antes no necesitabas nada de eso, te sobraba con todo lo que llevabas, a dentro. Una hora en el baño. Una y media. El tiempo pasa. Te lavas la cara, te pones maquillaje, no te gusta. Te vuelves a lavar, un poco cabreada. Te pones un tono más suave. Medio bote literalmente. Te perfilas los ojos. Negros, muy negros. Todo al rededor de ése pequeño ojo, está oscuro. Casi ni se ven esos perfectos ojos verdes. Te pintas los labios, aunque jamás lo hacías. Te pones ése sujetador, las bragas a conjunto, por lo que pueda pasar. Una camiseta de tirantes, y bien apretada. Una chaqueta encima. Pantalones negros, unas adidas. Has cambiado mucho desde que no nos veíamos. Todo es distinto. Tu, una guarra, con todas las letras. Yo, una vieja amiga con restos de tus recuerdos, tirados a la basura.

Que ironía.

Pretendemos jugar a amar, y no tenemos ni idea de como se juega.