lunes, 24 de enero de 2011

La vida no viene con instrucciones.

Un día en esos de que no llueve, ni hace calor. Está el Sol fuera. Aparece alguien que te jode el día. ¿Lo has sentido alguna vez? Sí, no llueve, pero por dentro sientes algo parecido. Tienes ganas de llorar e intentas no hacerlo, pero resulta imposible; Una pequeña lágrima acaba callendo, no puedes retenerlas más tiempo en tus ojos. Lloras un poco. Pero piensas: "No, no debo, no puedo acabar el día así". Entonces te secas las lágrimas como puedes, respiras, intentas contar hasta diez. No acabas, te quedas en el cuatro. Piensas en que hacer.
¿Cómo haces algo, que ni si quiera tienes idea de empezarlo?

Aún me quedan más de cinco millones de personas por probar.

Sin embargo hay más de seis mil millones de personas en el mundo. ¡Qué estupidez!
Si, estupidez la mía, por perder el tiempo con una de ellas.

Si quieres, puedes.

Siempre serás una parte de mi. Aunque nos distanciemos, aunque me aleje de ti o viceversa. Aunque al final todo salga mal. Aunque las cosas pasen al revés de como esperábamos. Nada es de la forma que pensamos o sentimos ni de la forma que queremos hacerlo. Pero bien sabemos que aunque sea inconscientemente, hay algo que nos atrae. Algo que hace que nos miremos todo el tiempo, algo que nos hace coincidir en las miradas, algo que nos obliga a sonreir en cuanto nos encontramos. Algo que nos hizo conocernos, aunque no de la manera que queríamos. La verdad es que ni me sorprende, ni me gusta ni me disgusta. Al fin y al cabo las cosas pasan por algo. O alomejor no tienen significado alguno, pero todo pasa. Sé que en estos momentos es todo difícil, pero podemos hacerlo, si queremos, podemos. Que no sea un "tú" y un "yo", que sea un nosotros. El amor es cosa de dos, y no de uno ni de tres.