jueves, 13 de enero de 2011

Sentirse orgullosa de una misma.

Un día gris. Uno de esos en los que dices: me da igual, paso de todo. Uno de esos días que te pones a pensar en todas tus cosas o mejor en tus problemas. En los que pasas de todo el mundo y saltas a la mínima. Uno de esos en los que piensas que no vales nada. Días en los que nada tiene sentido. Tienes ganas de llorar y a la vez de romper algo, o a alguien. Pero también cabe la posibilidad en que en esos días, si te esfuerzas, si intentas luchar por o contra todo eso, haces que se vayan las nubes, que no salga el sol pero si un rayito. Que todo esté donde debe estar, o casi. Si, esos días son los mejores.

La felicidad no se busca, aparece sola.

Por mucho que digan, hay muchas formas de ser feliz. Se puede ser un poco, o algo, o mucho, o a ratos. O unos días, o en unos momentos. Una noche. Podríamos decir una semana, pero decir un día ya es arriesgar demasiado, puesto que siempre hay alguien para jodertelo.
Uno no es completamente feliz. Es imposible o más bien subrealista.