sábado, 8 de enero de 2011

Ella.

Tú, que vas buscando el amor. Lo persigues y lo persigues, pero nunca logras encontrarlo. Cupido no está de tu parte. Vas de bar en bar, de discoteca en discoteca, atreviéndote. Antes no eras así, ¿cómo? pues así de guarra. Antes no necesitabas enseñar tus intimidades, ni balar y subirte la camiseta al mismo tiempo. Antes no necesitabas nada de eso, te sobraba con todo lo que llevabas, a dentro. Una hora en el baño. Una y media. El tiempo pasa. Te lavas la cara, te pones maquillaje, no te gusta. Te vuelves a lavar, un poco cabreada. Te pones un tono más suave. Medio bote literalmente. Te perfilas los ojos. Negros, muy negros. Todo al rededor de ése pequeño ojo, está oscuro. Casi ni se ven esos perfectos ojos verdes. Te pintas los labios, aunque jamás lo hacías. Te pones ése sujetador, las bragas a conjunto, por lo que pueda pasar. Una camiseta de tirantes, y bien apretada. Una chaqueta encima. Pantalones negros, unas adidas. Has cambiado mucho desde que no nos veíamos. Todo es distinto. Tu, una guarra, con todas las letras. Yo, una vieja amiga con restos de tus recuerdos, tirados a la basura.