lunes, 31 de enero de 2011

A los que fallan, que les follen.

El problema no es de los demás, sino de uno mismo. La culpa es tuya; si confías en alguien, y te falla, no haberlo hecho. Si, claro, no sabías que te iba a fallar, no sabías todo lo que podía pasar, desconocías las consecuencias, pensabas que era diferente.. Pero te equivicaste. Quizás fue porque te precipitaste al confiar en ese alguien, quizás porque no querías darte cuenta de que no era lo que se dice un amigo... Mil "quizás" que podemos usar como excusas, o no. Alomejor el problema es que no conocías lo suficiente a esa persona o.. Simplemente decidió fallarte.