jueves, 27 de enero de 2011

Pensar, que la vida son dos días, y que me he equivocado de lugar.

Ahora mismo preferiría otro lugar, otro momento, otra hora, otra gente, otras palabras, otras esperanzas, otros abrazos, otras muchas sonrisas, otro prototipo de realidad. Me gustaría estar en otro mundo tal vez, aunque para conseguirlo me basta con cerrar los ojos e imaginarme todo eso. Coger a tres personas, o a esas pocas que me queden ahora mismo, irme, y emborracharme hasta perder la cuenta de cuantas horas llevo soñando. ¿Inexplicable? No, sólo algo diferente, otra forma de pensar, otra forma de escribir y soñar al mismo tiempo.