Tengo la mala costumbre de ilusionarme, de esperar cosas sin pensar en las consecuencias. La mala costumbre de no acostumbrarme a la gente. Es que yo, sabía de sobra que eras así, soy muy sabia, y por suerte o por desgracia, hay cosas que me veo venir. Ella nunca va a cambiar. Me dice mucho pero luego no demuestra nada, no sé si no se da cuenta, o si lo hace para hacerme daño. Que aquí hay gente para no aburrirse. Que nada es para siempre, asi que no te acostumbres porque a la primera de cambio te llevas decepciones. Ya no me creo nada de nadie, no hay nada diferente ahí fuera, nada por lo que luchar que merezca la pena.
A veces siento que me quedo sola, que nadie me entiende y que nadie se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde.